Las 10 cosas que hacer en tu viaje a Nápoles
Nápoles es la ciudad más poblada del sur de Italia y está en la región de Campania, entre el Monte Vesubio y los Campos Flégreos. En Nápoles han estado los griegos, los romanos, los bizantinos, los normandos, los franceses y los españoles, por lo que tiene un poco de cada país y mucho de Italia.
Los palacios, catedrales, teatros y museos de Nápoles son tan hermosos como su golfo, que se encuentra en el Mar Tirreno y que es parte del Mar Mediterráneo. Las calles, las plazas y los edificios te contarán historias y te mostrarán el arte de Nápoles si las recorres como un local y no como un turista.
Nápoles es lo intangible y lo tangible. Lo mejor de lo tangible, es su gastronomía. En Nápoles tienes que probar los cuatro platos: el antipasto (antes de la comida), el primo piatto (plato de pasta), el secondo piatto (el plato principal de pescado, carne o pollo) y el dolce (dulces y limoncello).
Encontrarás lo que busques, desde las ciencias y hasta los deportes, porque es una ciudad diversa para viajeros diversos.
Estas son las 10 cosas que no puedes perderte de esta ciudad
Adentrarte en el túnel Borbónico
La ciudad alberga un laberinto de túneles del siglo XVI. Lo que hace que estos túneles sean intrigantes y misteriosos es que fueron construidos como ruta del escape para el rey Fernando II de Borbón durante los años de rebelión. Cuando el rey murió, la construcción de los túneles no había finalizado y a estos les dieron otros usos con los años. Los túneles han sido utilizados como hospital militar durante la Segunda Guerra Mundial y para almacén judicial durante la década de 1950. Se llenó de motos desechadas, coches antiguos, tanques de agua y de otros como estatuas que fueron olvidadas. Después de que la ciudad recordara estos laberintos, se crearon tres tipos diferentes de recorridos para la curiosidad de los locales y viajeros. Caminar por los túneles, ver los refugios antiaéreos y los tanques de agua e incluso, realizar un paseo en balsa por uno de los túneles del metro que está inundado de agua es toda una experiencia.
Saborear la pizza frita
¿Alguna vez has escuchado que si vas a Italia tienes que probar la pizza? Es cierto. Si vas a Italia tienes que probar la pizza del restaurante más grande y lujoso o del más pequeño y sencillo, clásica o frita, con los ingredientes tradicionales o con los que tú quieras. Y más si estás en Nápoles, lugar donde nació lo que hoy es la pizza. Las pizzas que representan el sabor de Nápoles son la Margarita y la Marinera. La Margarita es la de tomate, queso mozzarella y albahaca, ingredientes que hacen que tenga los colores de la bandera italiana. Mientras que la Marinera es la de salsa de tomate, orégano, ajo y aceite de oliva, ingredientes que te harán la boca agua sin el queso o la albahaca. Dependerá de tus gustos, pero si puedes probarlas todas, hazlo.
Escaparte a la isla de Isquia
Nápoles tiene cinco islas turísticas. Las cuatro Islas Flégreas y la Isla de Capri. Todas se caracterizan por las playas de aguas turquesas y arenas blancas, villas antiguas, puertos con embarcaciones grandes y pequeñas, paisajes de ensueño y por quedarse en el recuerdo de los viajeros. Capri y Procida están habitadas y reciben a millones de turistas al año, la primera los atrae por el lujo y la segunda los atrae por su sencillez. Pero una de las Islas Flégreas, Isquia, tiene la combinación de lujo y sencillez. Si te escapas a Isquia, la encontrarás con el clima ideal y con las aguas más cálidas, cualquier día y a cualquier hora. Por ser una isla volcánica, desde la antigüedad y hasta estos días, los viajeros se relajan en sus baños termales. En la cumbre de Isquia, tendrás vista hacia sus playas y hacia la Bahía de Nápoles, mientras que en sus calles tendrás el Castillo de Aragón, la Villa La Mortella, la Villa Ravino, la bahía de Sorgeto y decenas de baños termales. Será como escaparte al paraíso.
Perderte en el Barrio Español
El Barrio Español está en el centro histórico de Nápoles y lo construyó el virrey de Nápoles, Pedro de Toledo, en el siglo XVI. El propósito del barrio era acoger a los militares y que estos reprimieran las revueltas, lo que lo hizo versátil. Para algunos, es el barrio más problemático y para otros, es el más auténtico. En sus callejones verás la ropa que cuelga de las ventanas, a los residentes en sus balcones y a los edificios de todos los colores. Piérdete y detente cuando quieras y donde quieras, tanto las esquinas solitarias como los mercados concurridos llamarán tu atención.
Disfrutar de la noche napolitana
Si tras un día de Nápoles, quieres y necesitas más, disfruta de la noche napolitana. Está la Piazza San Domenico Maggiore, en la que se reúnen los jóvenes y los adultos. O la Piazza Bellini, con música y baile. También hay bares aquí y allá, para comer y beber, cerca y lejos de las plazas centrales. Todo dependerá de lo que quieras para la noche, bien una noche con amigos, una noche con tu pareja o una noche para estar solo. Pero, en Nápoles podrás disfrutar de una divertida en cualquier rincón y siempre con un Spritz en tus manos.
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Explorar la colina de Vomero
Cuando las calles del centro de Nápoles están demasiado concurridas, irte a Vomero es la mejor opción. Es el barrio más exclusivo de Nápoles y tiene variedad de cosas para que hacer en tu viaje. Está el Castillo de St. Elmo, con una insólita arquitectura en su interior y su exterior. La Cartuja de San Martino, con increíbles salas, iglesias, capillas, claustros y jardines. O la simple vista que tiene Vomero de la Isla de Capri, la Península de Sorrento, el Golfo de Nápoles y el Monte Vesubio. Si te quedas y ves el atardecer o regresas y ves el amanecer, verás Nápoles con otros ojos.
Recorrer el centro de la ciudad
Si te interesa la historia de Nápoles y quieres saber más tienes que visitar el centro. Tiene palacios, plazas, iglesias, museos y todo lo que te puedas imaginar en relación a su historia. Por ejemplo, en la Plaza del Plebiscito en el cruce de Via Toledo, Via Chiaia y el paseo marítimo, encontrarás la Basílica de San Francisco de Paula, el Palacio Real de Nápoles, el Palacio de la Prefectura y el Palacio de Salerno. La historia de cada uno la sabrás cuando estés en Nápoles, pero desde la Plaza del Plebiscito podrás irte a los mercados para comer o comprar o al mar para seguir caminando o refrescarte. Si decides que el mercado o el mar no son para ti, el Castillo Nuevo o Torreón angevino lo será. El arco triunfal, las bóvedas, las torres, las escaleras, la capilla y las decoraciones son algunas de las razones para visitarlo.
Sentir la fuerza del Vesubio
El Monte Vesubio es un volcán que está frente a la Bahía de Nápoles y que se considera uno de los más peligrosos en el mundo. Mucho científicos y viajeros caminan por la montaña para ver su cráter y hacerse una idea de lo que puede hacer. El Vesubio está dormido y no despertará en un segundo, por lo que no correrás peligro si estás cerca. Si eres de los que se atreve a subir, tendrás vistas maravillosas la Bahía de Nápoles, Pompeya y los alrededores. Pero si no te atreves a subir, puedes ver el Vesubio en la base de la montaña. Tengas la experiencia que tengas, sentir el Vesubio te hará comprender su historia y el impacto que ha tenido (y puede tener) en Italia y toda Europa. La caminata por la montaña comienza en el Parque Nacional del Monte Vesubio, con nueve senderos y acceso a la cumbre, en el que podrás tomar las mejores fotografías.
Conocer sus mercados locales
En los mercados de Nápoles podrás comprar como compran los locales. El ambiente y los precios dependerán, pero podrás encontrar comestibles y artículos, nuevos y usados. Son la mejor manera de entender cómo viven en esta ciudad de Italia y cómo se relacionan, los vendedores con los compradores. El Mercado de Porta Nolana es el que recomendamos, hay muchísima gente en sus calles lo que genera caos y confusión, pero son pocos los turistas y muchos los locales que compran para su día a día. Ideal para viajeros que quieran probar unos verdaderos mariscos con licores o vinos de Nápoles. Si estás en la ciudad durante diciembre, el Mercado Navideño estará en la Via San Gregorio Armeno. La comida y la bebida serán las típicas navideñas y te brindarán otros sabores y olores.
Entrar en el cementerio de Fontanelle
El cementerio de Fontanelle en Nápoles no es un cementerio tradicional. Un cementerio es el lugar de descanso de miles de personas, pero Fontanelle es un osario que se construyó en una cueva de Capodimonte en el siglo XVI. Hoy, el cementerio que sobrevivió a las inundaciones y los entierros, se convirtió en una iglesia. Los viajeros más osados y valientes pueden entrar a la iglesia María Santísima del Carmine y caminar solos. Si no te sientes confiado o simplemente no quieres estrar solo, como parte de un tour conocerás la historia del Cementerio de Fontanelle. Este cementerio está cerca de las Catacumbas de San Gennaro por el que también puedes visitarlo. Estas catacumbas reciben el nombre del Santo Patrón de Nápoles, quien se cree que fue enterrado en el Siglo V. El cementerio y las catacumbas no son los lugares más alegres, pero sí los más misteriosos e intrigantes para muchos.
Estos son los 10 que no puedes perderte de Nápoles, ¿quieres visitarla? Contáctanos aquí o en las redes sociales y estaremos encantados de ayudarte.
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